lunes, 2 de agosto de 2010

mikolápiz

Eh, ¿sabeis quien se ha dejado bigote?




Pues eso.
Como avanzaba ayer, hoy he regresado al trabajo tras mi semana de retiro valenciano.
El día no ha sido muy interesante. Pero como algo novedoso, he salido a las cuatro en vez de a las seis porque tenía que ir a recoger los resultados de la citología que me practicaron hace algo mas de un mes y de los análisis de hormonas que también me hicieron.
Es lo malo que tiene la sanidad pública que tanto defiendo: las esperas.

Cuando he llegado al centro de salud, no había nadie en la mesa de información y aunque ya había estado el mes anterior cuando me hicieron esos robados no pactados del interior de mi útero, no recordaba que piso era a que debía ir.
Como el ventilador oscilante del mostrador no estaba tan si quiera encendido, he pensado que se habían marchado de vacaciones quien ahí estuviese y me he aventurado a subir en el ascensor y probar suerte.

He creído recordar que era el segundo piso y cuando he pulsado el botón y las puertas comenzaban a cerrarse una pierna ha detenido el proceso y ha entrado un apuesto caballero de pelo cano, que ha pulsado el botón número cuatro.

Hemos llegado al segundo piso y he salido del ascensor.
Al ver que la planta en la que estaba ponía bien grande Psicología y Psiquiatría, me he dado cuenta de mi error y de mi falta de memoria.
He corrido como una loca hacia el ascensor de nuevo, pero estaba subiendo hacia el cuarto piso ya y como de lo que sí que me acordaba era de que tarda un montón en subir y bajar esos ascensores, he subido andado por las escaleras...

No he visto nada que pusiese Ginecología, he recorrido todas las plantas, hasta que he llegado a la recepción de nuevo en la planta cero.
Para mi sorpresa, había un señor indicando direcciones y plantas a los pacientes y el ventilador oscilante estaba en funcionamiento.
Como cuando estaba de camino en el metro estaba muy concentrada en la canción que estaba escuchando, mirando hacia abajo, moviendo los labios al son de la letra y me he pasado de parada, teniendo que darme la vuelta en Acacias para volver a Puerta de Toledo, he pensado que tenía el día tonto y no le he dado mas vueltas.

El señor que indicaba de la recepción me ha dicho que tenía que ir a la planta cuarta.

fotograma del film de Antonio Mercero.

Una vez ya en la sala de espera, que te indican el número del papel que te dan y la consulta a la que te tienes que dirigir en unas pantallas de plasma bastante grandes en las que van intercambiandose fotos de osos panda, glaciares, jirafas, amaneceres, etc., ha salido mi número.


Los resultados han sido favorables y saludables. Todo bien. Y aprovecho para disipar toda duda sobre mi sexo. Es decir: soy mujer y no hay duda de ello. No tengo la testosterona ni si quiera alta, que era algo que sospechaba.

Así que la próxima vez que me veais darle una patada a un contenedor o intentar subirme a un coche, no lo achaqueis a la testosterona, sino al whisky marca blanca del Mayke II (copa a 2,85€) o a que he tenido un mal día.

Luego he llamado a mi madre y me he ido a hacer la compra al Carrefour Express.
He comprado muchos líquidos, pollo y una caja con seis Mikolápiz.

Hoy me despido con el obsequio de esta foto, de cuando vestía con estilo.
Dice alguien que la ha visto, que aquí se demuestra que en Valencia la década de los ochenta duró quince años y que los primeros años de los noventa directamente no existieron (me ha hecho mucha gracia).

Entre fantasmas.




* Gracias a Cristina S. por las molestias al escanear hoy esta foto.

3 comentarios:

  1. Comiendo hormonas de pollo del Carrefour Express si que te van a salir análisis raros.

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  2. para nada.
    te aseguro que solo me alimento de eso.

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  3. Lo siento, soy muuuuuuy básico y no entiendo ni papa de lo que dices, pero he visto tu foto y estás caaaachogüenaaaa...natural, así que vendré más.

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